Costa y repunte del peso: “No parece aconsejable dar por sentado que este escenario es definitivo”
La presidenta del Banco Central advirtió sobre la volatilidad en el escenario global.
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Una serie de desafíos de corto plazo identificó este miércoles la presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, de cara a la tarea -que no ha concluido- de llevar la inflación local hasta la meta de 3%.
En el marco de la segunda jornada del Chile Day en Toronto, la autoridad expuso que las recientes señales en materia de actividad apuntan a que la economía “ha ido alejándose paulatinamente de su punto más bajo del ciclo”; mientras el escenario global ha mostrado una volatilidad “elevada”, donde las noticias provenientes de EEUU “han marcado la pauta”.
“Los mercados financieros se han mostrado altamente reactivos frente a sorpresas en una y en otra dirección en esta economía, así como a la comunicación de la Fed”, dijo.
“La evolución de la tasa ha estado guiada por un claro mensaje del Consejo sobre la necesidad de ir reduciendo el nivel de restricción”.
En este escenario, afirmó que el panorama de tasas de interés de corto y largo plazo “es menos favorable de lo que preveíamos hace un tiempo”.
Otro frente es el tipo de cambio, cuya evolución ha estado influida por el aumento del precio del cobre, dijo Costa. “Hace unas semanas, el tipo de cambio escaló a niveles elevados en perspectiva histórica, lo que posteriormente dio paso a una significativa baja cuando se le compara con el máximo que anotó durante abril”, afirmó.
Pero advirtió que “si bien la apreciación de la moneda respecto de fines de marzo reduce las presiones inflacionarias de corto plazo, no parece aconsejable dar por sentado que este escenario es definitivo. La volatilidad de los mercados ha sido la tónica y no podemos descartar o aseverar escenarios en ninguna dirección”.
De todas formas, Costa dijo que lo que ocurre con el tipo de cambio es “un insumo relevante para la toma de decisiones, teniendo presente el origen de los movimientos, y sus implicancias para la trayectoria de la inflación y la política monetaria”.
Sobre el cobre, recordó que en el último Informe de Política Monetaria (IPoM) señalaron que la mayor demanda de China por el commodity -en el marco de la transición energética-, coincide con el aumento de su precio. La implicancia de esta alza, añadió, se dará a conocer en el reporte de junio.
Mensaje sobre las tasas
En su presentación, Costa hizo un repaso de lo que ha sido el manejo de la política monetaria por parte del Banco Central, recordando que luego de llevar la Tasa de Política Monetaria (TPM) a un máximo de 11,25% en 2022, comenzaron a reducirla cuando la inflación mostró una baja sostenida, las expectativas volvieron a anclarse en 3% y la demanda interna y sus fundamentos avanzaron en una senda de ajuste.
En ese contexto, destacó que “la comunicación de política monetaria del banco jugó un rol relevante en este proceso, pues fue informando a los mercados de la evaluación que hacía el consejo de la macroeconomía y sus acciones futuras”.
A su juicio, “la evolución de la tasa ha estado guiada por un claro mensaje del Consejo sobre la necesidad de ir reduciendo el nivel de restricción”.
La flexibilización monetaria con mayor anticipación y énfasis que en otros países, señaló que ha colocado un “desafío adicional”: la distancia entre las tasas cortas chilenas y las de sus pares latinoamericanos se ha ampliado, lo que también se observa en la evolución dispar de los respectivos diferenciales respecto de sus símiles estadounidenses.
En esa línea, Costa mencionó que se han registrado “impactos importantes en el peso chileno, en un contexto donde ha aumentado su nivel de volatilidad”.
En este punto, destacó que contar con una economía más balanceada, una demanda en niveles más acordes con su tendencia, una inflación más cercana a la meta y expectativas ancladas dan mayor flexibilidad para conducir la política monetaria.